Las consecuencias de las compras impulsivas no afectan solo a nuestro bolsillo, sino también al medio ambiente y a nuestro bienestar mental. La industria de la moda se mueve a una velocidad de vértigo. Hoy en día ya hablamos de microtendencias que duran un suspiro y las redes sociales se encargan de difundir miles de impactos diarios sobre qué es lo último.

Sin embargo, existen trucos -decimos trucos (porque motiva más) cuando en realidad queremos decir hábitos de consumo que hay que practicarpara mantener el control y conseguir que cada compra sea consciente. No se trata de no comprar nunca más o de no darnos un capricho de vez en cuando, sino de evitar preguntarnos: ¿por qué compré esta prenda que aún sigue con la etiqueta, sin estrenar, un año después?

Hemos consultado a dos expertas –Eva del Ruste, estilista de moda y diseñadora de Segundas Vidas; y B. Luna Marbán, asesora de imagen y creadora de contenido de vida consciente y creativa- con el objetivo de recopilar herramientas útiles que nos permitan mantenernos firmes y evitar las compras impulsivas, al tiempo que planificamos las que sí son necesarias.

¿Qué son las compras impulsivas y por qué nos afectan tanto?

Las compras impulsivas se podrían definir como aquellas que realizamos sin planificación, sin ser una verdadera necesidad y, muchas veces, movidas por emociones. ¿Estoy triste? “A lo mejor si me voy de tiendas mi humor mejora”. ¿Estoy alegre? “Me voy de compras porque me lo merezco”. ¿Me aburro? “Voy a ver qué novedades hay en la aplicación de esta marca”…

Para Eva del Ruste, el mayor detonante de las compras impulsivas es, desde su experiencia “la necesidad emocional de llenar vacíos, combinada con la sobreexposición a estímulos digitales que fomentan un consumo rápido e irreflexivo. El estilo nace del autoconocimiento, no del consumo desmedido”. B. Luna Marbán añade como desencadenantes “las redes sociales, la sobreexposición que tenemos a todo, el FOMO y la inmediatez con la que queremos las cosas. Todo ello fomentado por el hiperconsumismo al que nos hemos acostumbrado y que es la norma en las generaciones más jóvenes”.

Además, si hablamos de moda, las compras impulsivas también están motivadas por las tendencias y por tener lo último. La facilidad de comprar online y con un par de clics no ayuda a evitarlas, y el miedo a perder un descuento las incentiva. “Las redes sociales proyectan estándares de estilo e imagen que asocian el valor personal con lo que se posee o se muestra. Esta presión sumada a estrategias de marketing agresivas como los descuentos constantes, las colecciones cápsula limitadas o la gratificación instantánea del “click to buy”, empujan a muchas personas a comprar por impulso, sin preguntarse si esa prenda les representa o la necesitan de verdad”, añade Eva del Ruste.

Aprendiendo a identificar las compras impulsivas

¿Qué señales nos indican que una compra no responde a una necesidad real, sino a un impulso momentáneo? “Cuando sientes que necesitas esa prenda pero no sabes muy bien por qué. No estaba en tu lista de necesidades, ni en tu radar pero aparece en redes sociales o la ves de refilón en un escaparate y piensas: “La compro y luego ya veré si la uso o la devuelvo” o “como es tan barata, si no es para mí, la regalo” -explica Eva del Ruste. “Si al llegar a casa la escondes en el armario, no le quitas la etiqueta o sientes culpa… probablemente fue una compra por impulso”.

B. Luna Marbán apunta: “Muchas veces nos meten en la cabeza a través de la publicidad que algo nos hace falta, ya sea porque son piezas únicas que no se van a reponer (pasa bastante en sostenibilidad, aunque con algo tienen que “presionar” y son piezas únicas de verdad) o porque se lo hemos visto a muchas influencers o personas famosas y es “lo que se lleva”. Pero son prendas que realmente no encajan con nuestro estilo o no sabríamos cómo combinarlas y acaban en el fondo del armario sin apenas uso”.

Consecuencias de comprar sin planificar

¿Cuáles son las consecuencias de realizar estas compras impulsivas? Consumir sin planificar o sin necesitarlo realmente es un hábito que está lejos de ser inofensivo. En primer lugar, nuestro bolsillo es el primero que nota las consecuencias económicas, ya que si realizamos compras impulsivas de forma frecuente, aunque sean de bajo coste, en realidad suman mucho más de lo que parece al final del mes. Tampoco hay que perder de vista las consecuencias medioambientales: cada prenda genera residuos, emisiones y explotación de recursos en su producción, y se convierte en residuo textil cuando decidimos desprendernos de ella. “Planificar no solo reduce el impacto ambiental, también mejora tu relación con la ropa y contigo misma”, añade Eva del Ruste. Por último, nuestro bienestar emocional también puede verse resentido, ya que acumular ropa sin sentido puede generar estrés, culpa y saturación visual y emocional. El cambio empieza en nuestro armario… y en nuestra próxima decisión de compra. “Consumir de manera consciente es un cambio general que al final afecta a todas las áreas de nuestra vida. Es como hacerse vegano o dejar de fumar, es una decisión que va acorde a nuestros valores”, reflexiona B. Luna Marbán.​

Cómo identificar tus necesidades de compra reales

Una compra sostenible parte de una necesidad real. Para detectarla:

  • Empieza definiendo tu estilo (si no lo has hecho ya). Tómate tu tiempo para reflexionar sobre qué es lo que tienes en el armario y qué es lo que realmente utilizas en tu día a día. Esto es clave para no comprar prendas similares a las que ya tienes (y no hace falta reponer, de momento) y para no caer en el error de comprar más de lo que no te pones (aunque te encante) porque no encaja con tu estilo de vida actual. Lo recomiendan todas las expertas consultadas en nuestro artículo sobre consejos para comprar ropa de segunda mano y también B. Luna Marbán: “debemos definir nuestro estilo, hacer una limpieza de armario en la que eliminemos (donemos, vendemos o regalemos) las prendas que no nos hemos puesto en mucho tiempo y tener claro lo que tenemos y cómo combinarlo. Así evitaremos la tentación y seremos más conscientes a la hora de comprar cosas nuevas”.
  • Adelántate a la nueva compra haciendo un inventario. Y es que un armario ordenado es el primer paso para un armario más sostenible. Las claves de Eva del Ruste: “Armario muy visual, por orden, color y estilo. Ayuda a identificar huecos reales y evitar duplicados innecesarios. Revisarlo cada cambio de temporada, haciendo espacio y detectando lo que no uses”. Incluso, este es buen momento para realizar una pequeña limpieza y separar las prendas que ya no utilizas: “A lo que ya no te representa por tu estilo de vida o no te queda bien dale una salida: transforma, repara, intercambia, vende, dona o regala”, sugiere Eva del Ruste. Cuando hayas terminado podrás plantearte la siguiente pregunta: ¿consideras que te falta algo necesario?
  • Si te encuentras ante la tentación de una nueva compra impulsiva, de nuevo, pregúntate: ¿tengo ya alguna prenda parecida que cumpla la misma función? ¿Podría incluir esta nueva pieza en, al menos, tres looks de mi armario? “Yo siempre recomiendo pensar en qué situaciones usaría esa prenda (en mi día a día), si puedo combinarla con más de dos prendas que ya tengo y si no tengo algo igual o muy parecido ya”, añade B. Luna Marbán. Y, ¿esta compra es urgente o podría esperar? “Si después de todo seguimos queriéndola, esperaría al menos unas horas para ver si de verdad la quiero o era solo un impulso momentáneo”. Si, como recomienda esta estilista y creadora de contenido de vida consciente, al cabo de un tiempo sigues pensando en esta prenda y le has encontrado posibilidades en tu armario, entonces valora su compra.
  • Claves para planificar compras sostenibles

    Planificar puede ser un buen sinónimo de consumo consciente y responsable. ¿Cómo se pueden planificar las compras de ropa para evitar la compra por impulso? Toma nota de los siguientes consejos.

    • Evita ir de compras por entretenimiento. “O, al menos, evita las tiendas de moda (o del área que quieras cambiar)”, aconseja B. Luna Marbán. “También recomendaría quitar las suscripciones de newsletters y dejar de seguir por redes a esas marcas que quieres evitar (y a influencers que se han convertido en una teletienda del fast fashion)”.
    • Haz una lista de lo que necesitas antes de cada temporada. Reflexiona sobre tus necesidades reales y lo que verdaderamente usas pero no compres más de lo mismo. Si no se puede reparar, sustituye lo que te haga falta y no esté en buen estado. En definitiva, “crea un armario cápsula con tus prendas imprescindibles, esos básicos que a ti te facilitan el día a día (puede ser físico o digital) es algo muy útil para evitar compras repetidas o impulsivas”, añade Eva del Ruste.
    • Invierte en prendas de calidad. A la larga, lo agradecerás. Mejor una prenda duradera que varias alternativas con fecha próxima de caducidad.
    • Valora opciones como la compra de segunda mano -”vestir pasado (segunda mano) es estar presente “consciente” y pensar en global, crear futuro”- comenta Eva del Ruste-, el intercambio o alquiler de ropa, o recurrir a préstamos de amigos y familiares para ocasiones puntuales. Entre las recomendaciones de la diseñadora de Segundas Vidas en este sentido se encuentra “visitar mercados de segunda mano, pop ups o tiendas vintage, que no solo reducen el impacto ambiental, sino que ayudan a encontrar piezas singulares, con personalidad, que no van con la masa sino con tu esencia”.
    • A la hora de planificar tus compras, no te olvides de las citas especiales de los próximos meses. Valora si, en estos casos, puedes utilizar algo de lo que ya tienes o puedes recurrir a alternativas que eviten que compres algo nuevo a lo que no vayas a dar mucho uso.
    • Ponte un presupuesto límite y respétalo (respétate).

    Herramientas para mantener un consumo de moda consciente

    “Creo que hay dos razones principales por las que todos deberíamos consumir de manera más consciente. La primera es por respeto a nuestra casa, que es tanto nuestro cuerpo como el planeta en el que vivimos. Y la segunda es por la paz que da tener un armario que no está abarrotado, que contiene prendas respetuosas y con el que te sientes identificada y cómoda. Aplica a cualquier área de nuestra vida o de nuestra casa”, reflexiona B. Luna Marbán como motivación principal para evitar las compras impulsivas o con poco sentido.

    Para mantener una mentalidad de consumo responsable también pueden resultarte de utilidad:

    • Las apps de organización de armario como Whering, por ejemplo. Esta herramienta permite crear, de forma muy visual, tu propio inventario de prendas, crear looks combinándolas, guardar tus estilismos favoritos y asignarles un día en el calendario (de tal forma que puedes planificar tus looks a corto, medio y largo plazo), entre otros. De esta forma eres mucho más consciente de lo que tienes y de qué puedes hacer con ello. Además, la propia aplicación te propone estilismos con tus prendas cuando necesitas inspiración y, como también funciona como un diario, te facilita la tarea a la hora de preparar una maleta.
    • Las redes sociales. Utilizándolas a tu favor, siguiendo a expertos en moda, estilistas… que publiquen contenido sobre cómo sacarle más partido a tu ropa; o siguiendo a cuentas que inspiren a consumir menos y mejor. “Rodéate de inspiración afín”, sugiere Eva del Ruste. “Cuentas, libros o podcasts sobre moda sostenible, autoestima, diversidad corporal o creatividad”.
    • Por último, teniendo lo anterior en cuenta, proponte un reto de no comprar ropa durante el tiempo que consideres. El objetivo es ser consciente de lo que ta tienes y descubrir qué es lo que en realidad te falta (si es que te falta algo). “Vestirnos debería responder a un acto de escucha interna, no de consumo externo. Esa actitud, para mí, es la clave del hábito”, reflexiona Eva del Ruste.