¿Qué es la Ley de Consumo Sostenible?

La Ley de Consumo Sostenible busca adaptar el marco legal español a los desafíos actuales del consumo: cambio climático, sobreproducción, pérdida de biodiversidad y prácticas empresariales poco transparentes.

Esta nueva norma incorpora al ordenamiento español dos Directivas UE: la Directiva de empoderamiento para la transición ecológica y de Derecho a reparar.

Como en el caso del Reglamento de Ecodiseño de Productos Sostenibles (ESPR), esta ley, además, representa una oportunidad para visibilizar y fortalecer los modelos de negocio sostenibles. Las marcas que ya priorizan la calidad, la transparencia y el ecodiseño estarán, por tanto, en una posición privilegiada.

A nivel ambiental, la Ley de Consumo Sostenible busca reducir los residuos, la extracción de materias primas y las emisiones asociadas a la producción y distribución masiva, alargando la vida útil de los productos y favoreciendo la reparación frente al descarte.

Además, esta nueva norma prohíbe la publicidad de los combustibles fósiles, de los vehículos que sean impulsados exclusivamente por estos y de los vuelos cortos cuando exista una alternativa menos contaminante (cuya diferencia de duración no sea superior a dos horas y media). También prohibirá el aumento del precio de las entradas a todo tipo de evento cultural o deportivo en la reventa (cuando se aplique un aumento superior al IPC) y obligará a advertir a los consumidores cuando se produzca el fenómeno conocido como ‘reduflacción’, es decir, cuando se produce la reducción en el contenido de un producto que sigue manteniendo su precio habitual.

En definitiva, esta nueva norma se posiciona como una herramienta legal que servirá para avanzar en los compromisos climáticos y sociales del país.

Objetivos principales de la Ley de Consumo Sostenible

Esta nueva norma nace con la misión de transformar la manera en la que consumimos para hacerla más respetuosa con el planeta, frente al modelo imperante de consumo acelerado, basado en el “usar y tirar”. En este sentido, los principales propósitos que persigue cumplir son:

  • Proteger mejor a los consumidores. La Ley de Consumo Sostenible quiere garantizar que compremos con mayor información y seguridad. Para ello, obliga a ofrecer datos claros sobre la durabilidad de los productos, asegura un acceso más sencillo a la reparación y el mantenimiento, y amplía y mejora las garantías legales de los bienes.
  • Fomentar la economía circular. Esta ley busca reducir el impacto ambiental del consumo favoreciendo prácticas como: la reutilización y la reparación antes que la sustitución, el diseño de productos más duraderos, reparables y reciclables, y el impulso a nuevos modelos de negocio como el alquiler, el reacondicionamiento o la venta de segunda mano.
  • Combatir la obsolescencia programada. La Ley de Consumo Sostenible prohíbe explícitamente que se diseñen productos para fallar antes de tiempo. Además, establece la obligación de tener disponibilidad de repuestos durante varios años y facilita el acceso a servicios técnicos y manuales de reparación. De la misma forma, prohíbe ocultar información al consumidor sobre actualizaciones de software que afecten negativamente al funcionamiento del dispositivo, o presentarlas como necesarias cuando solo mejoren características de funcionalidad.
  • Promover el etiquetado claro de productos con impacto ambiental y social. Uno de los pilares de esta ley es la información clara y accesible. Por eso propone crear un etiquetado obligatorio que indique -al igual que en el caso del Pasaporte Digital de Producto (DPP)– el impacto ambiental y social del producto e incluir datos como la huella de carbono, las condiciones laborales en la producción o las posibilidades de reciclaje.
  • Promover un consumo más consciente y responsable. Esta ley también apuesta por educar al consumidor y por cambiar la mentalidad colectiva. Para ello introducirá medidas informativas y educativas en campañas públicas y escolares, y apoyará iniciativas locales y comunitarias que promuevan prácticas sostenibles.

En definitiva, la Ley de Consumo Sostenible no solo protege a quien compra, sino que también actúa sobre toda la cadena de valor desde el diseño de los productos hasta su uso, reparación o descarte.

¿Cómo afecta esta nueva ley a los consumidores?

La Ley de Consumo Sostenible pone en el centro a los consumidores como agentes de cambio. De esta forma, como parte activa de la transición ecológica y social, dispondrán de más información, más derechos y más herramientas para decidir con criterio.

  • Más información para elegir mejor. Acceso a datos clave del producto antes de su compra como su vida útil estimada, su reparabilidad (si se puede arreglar fácilmente, si hay piezas disponibles…) y su impacto ambiental y social (por ejemplo, si fue producido con criterios sostenibles o si contiene materiales reciclados).
  • Más facilidades para reparar. Hasta ahora, en demasiadas ocasiones resulta más fácil (y barato) desprendernos de algo y comprarlo nuevo, que reparar lo que se ha estropeado. Esta ley quiere romper con esa lógica garantizando el derecho a reparar y obligando a los fabricantes a ofrecer recambios y asistencia técnica durante varios años.
  • Garantías más largas y efectivas. Se amplían y refuerzan las garantías legales de los productos: en vez de dos años, podremos tener hasta cinco años de garantía, dependiendo del producto; y se priorizará la reparación frente a la sustitución o reembolso, alargando la vida del producto y reduciendo el impacto ambiental.
  • Etiquetas más claras y sostenibles. Como ya hemos visto, los productos deberán incluir un nuevo etiquetado obligatorio que indique: su durabilidad, su nivel de reparabilidad, su huella ambiental y el cumplimiento de estándares sociales en su fabricación.
  • Se potencia el papel de consumidores críticos y responsables. Con esta nueva ley los consumidores podrán exigir transparencia a las marcas, estarán más protegidos frente a prácticas engañosas -también persigue el ‘greenwashing’ y la ‘publicidad del miedo’ para proteger a los consumidores frente a mensajes de manipulación emocional que presentan escenarios poco probables con el propósito de generar una sensación de urgencia, por ejemplo- y tendrán más recursos para tomar decisiones informadas.

¿Cuándo entra en vigor la Ley de Consumo Sostenible en España?

El anteproyecto de Ley de Consumo Sostenible fue aprobado por el Consejo de Ministros el 1 de julio de 2025. Se estima que posiblemente entre en vigor a lo largo de 2026, después de su tramitación parlamentaria y si el proceso legislativo avanza sin grandes retrasos. Además, este tipo de leyes requiere, por lo general, un periodo de adaptación para que las empresas implementen los cambios.

¿Qué podemos hacer mientras tanto para apoyar este cambio?

La Ley de Consumo Sostenible es un paso más hacia una cultura del cuidado y mantenimiento de nuestros recursos. El primer paso para apoyar esta iniciativa en nuestras decisiones cotidianas pasa por priorizar el consumo de marcas comprometidas con la sostenibilidad, informarnos sobre la durabilidad, la posible reparación o cómo se ha producido algo antes de comprarlo; y apoyar iniciativas de consumo responsable como la segunda mano o el reciclaje textil, entre otros.